Tu vida empieza a cambiar cuando te das cuenta de que la reflexión que viene a continuación es una gran realidad.
¿Cómo son las tendencias en el mundo de la moda? Lindas, deseables, innecesarias, atractivas y sobre todo, su principal distintivo es que son EFÍMERAS.
¿Cómo es él? Deseable, atractivo, casi innecesario (porque te saca de los momentos de aburrimiento), y sobre todo EFÍMERO.
Como dijo la gran Fergie en Fergalicius: «boys just come and go like seasons». Los hombres van y vienen como las estaciones del año. Al igual que las tendencias van y vienen según las temporadas.
Hay tendencias, como hombres, que disfrutas en verano, otoño, y a fines de invierno te das cuenta de que ya no se usa más.
¿Por qué? Porque ya lo has disfrutado lo suficiente para darte cuenta de que a una tendencia se la debe dejar morir con dignidad. ¿O aún sigues usando los mostachos que fueron furor en 2013?
Claramente no. Como toda fashionista, te encanta renovar tu closet, y por qué no, quizás te guste adaptarte a las tendencias del momento. No le hace mal a nadie de vez en cuando comprar alguna que otra cosa que esté de moda. Sin embargo, ten en cuenta que una tendencia, sólo es eso: tendencia. Es algo temporal, a corto plazo, ya que una vez que usaste la dejas en el fondo del armario. Pero no significa que la olvidarás para siempre, a menos que sea una tendencia vergonzosa. Puede ser que en algún momento esa tendencia vuelva.
Como ahora volvieron las tendencias de los años 2000s, quién te dice que él no pueda volver. Ellos siempre vuelven. Recuerda que una mujer como tú nunca se olvida. Y que un hombre como él lo olvidas tan pronto cuando lo reemplaces por otro.
Cuando te den ganas de hablar o de volver con él, recuerda algo: nunca se utiliza una tendencia antigua hasta que no vuelva a ser tendencia. Si bien ahora usamos cosas de los 00s y los 90s, no ves a las principales casa de moda vestir a sus maniquíes con ropa de 1700, o de 1950. Si bien las faldas estilo pin-up de los 50s son hermosas, en la época actual no se usan más que como disfraces. Porque sabemos que son anticuadas y si las usáramos nos sentiríamos atrás en el tiempo.
Por eso, si piensas alguna vez en revisar a quién sigue, en ver si está conectado, en estar pendiente de si te da like o te mira las stories, recuerda esto: una tendencia no se vuelve a usar, a menos que se ponga de moda otra vez. Y si se pone de moda, si vuelve a tu vida, recuerda que no eres tú quien buscó esa tendencia (ese hombre), sino que fue él quien te vuelve a buscar a tí.
Entonces, recuerda que sería bastante anticuado si vuelves a usar algo que ya está viejo. O mejor dicho: tú no usas un abrigo de piel sintética en pleno verano, o sombreros de playa en pleno invierno. Porque hay cosas que van para ciertas ocasiones y temporadas, y otras cosas que no. Sería incoherente que uses un par de sandalias cuando hace frío. También es incoherente que vuelvas a hablar con él cuando lo usaste en otoño y ya es primavera.
Tampoco te vuelvas una loca de las tendencias. Sabes que volverte adicta a las tendencias no te hará más que derrochar tiempo y dinero, y sobre todo estilo. Una persona con estilo sabe qué tendencia puede adaptar a su armario, y qué cosas resuenan con su personalidad.
Sin embargo, hay ciertas prendas que nunca morirán a pesar de que pasen millones de años, a pesar de que las tiendas estén repletos de tendencias.
Esas prendas son los llamados básicos, o mejor dicho, lo que nunca te puede faltar. Lo esencial en la vida de cada ser humano a la hora de vestirse. Y hablo de los típicos vestidos negros, stilettos, jeans, blazers negros, trench coat, playera negra y blanca, etc, etc.
¿Qué distingue los básicos de las tendencias? Que son atemporales, que siempre lucirán bien, y que se adaptan a cualquier estilo. Pero que sobre todo, jamás serán fáciles de olvidar, ni de dejar en el fondo del armario, ni de avergonzarte en un futuro, como sí lo hacen las tendencias.
Por eso, por el bien de tu armario, siempre vale la pena invertir en aquellas prendas atemporales. E invertir significa encontrar esos básicos que sean caros, de buena calidad, y los puedas siempre usar.
El hombre atemporal no es como el hombre que viene y se va, que te habla cuando está aburrido, o que te usa cuando le conviene. El hombre atemporal es como una prenda en la que vale la pena invertir, porque sabes que te sienta bien al cuerpo y sobre todo, es de una gran calidad. Sabes que no se deteriora en el tiempo, por eso cada vez que esa prenda toca tu piel te sientes como la primera vez que te la probaste.
Ese hombre atemporal es aquel rey que te mereces, y te merece. Te queda bien, nunca se aburrirá de tí, es de buena calidad tanto física, intelectual y espiritualmente. Es el hombre que siempre te acompaña en cada estación del año, en cada temporada, y en cada ocasión.
Como un vestido negro, lo puedes combinar con stilettos hasta con zapatillas. Porque sabes que combina con todo, al igual que ese hombre que siempre combinará contigo en todo lo que tú hagas. Le encantará desde ir a cenar elegantemente hasta comer panchos en la plaza. Le encantará regalarte joyas de Tiffany’s, hasta una florcita que arrancó de una planta en el parque. Es aquel hombre con el que te sentirás a gusto, porque al igual que la prenda básica, nunca se dejará morir ni jamás será efímero.
Usa las tendencias, disfrútalas, diviértete, aprende de ellas. Pero no te enganches, no las tomes en serio porque sabes que duran poco. En cambio, aprende a reconocer aquella prenda esencial que no puede faltarte en el armario, como aquel hombre fantástico que nunca querrá olvidarte ni menos rechazarte.